A pesar de la vuelta de la gente al Cilindro y la algarabía en las tribunas, la Academia volvió a demostrar poquito en cancha y empató en uno con Estudiantes.

La alegría y felicidad del público académico volviendo al Estadio Presidente Perón duró hasta el pitido inicial. Una vez más, el equipo de Úbeda mostraba poquito y los del Ruso Zielinski con pelota parada y presión alta ponían contra las cuerdas a la defensa académica. El local sólo tuvo algunas pinceladas del pibe Gastón Viera y la intacta calidad de Lisandro López. El primer tiempo terminaba en un flojo empate en cero.

Segunda parte

Racing salía al segundo tiempo con más actitud y a los 2 minutos; Licha ponía un pase en profundidad para Viera que con un centro atrás preciso ubicaba a Aníbal Moreno que definía para poner el 1 a 0. El local crecía de la mano del capitán y con el aliento del público; pero el Sifón realizaba cambios que frenaron al equipo y Estudiantes de la mano de sus juveniles presionaba cada vez más arriba. Y el Pincha de tanto ir finalmente tuvo su premio a 10 minutos del final y con un centro pasado desde la izquierda era aprovechado por Leonardo Godoy para poner el 1 a 1. Las aproximaciones que tenía Racing al final del partido eran mal resueltas y Fernando Echenique decretaba el final del partido.

Este Racing sigue sin saber a qué juega. El ciclo de Úbeda es una involución del de Pizzi. La marca de desconcierto total fue Gabriel Arias dándole indicaciones al cuerpo técnico; incluso el gol de la visita vino del sector que el arquero académico había indicado como un problema.
Hoy la Academia está afuera, por diferencia de gol, hasta de la Copa Sudamericana. Si se sigue improvisando se puede pagar caro.